sábado, 29 de septiembre de 2012

Camino a la Angkor Wat criolla, en algún lugar de la costa de algún río marrón


Siempre me resultaron atractivas las historias de ciudades perdidas en medio de ambientes hostiles, llámese selvas, desiertos, alturas impensadas, siempre la noticia de una ciudad ahogada o enterrada llamaba por demás mi atención y resultó ser que para encontrar una de ellas no hacía falta adentrarse en Bélice o Camboya, tan solo un viaje por tierra de 10 horas, una caminata de 4km por parte de playa y parte de barranca, muchas ganas de embarrarse hasta los tobillos, cierta suerte que no te pille el personal de la estancia que impide el acceso al paraíso perdido, algo de sentido de la orientación y rogar la inapetencia de las cientos de yarás que parecieran custodiar el lugar en cuestión, sorteados todos esos escollos, uno puede estar parado frente a la misteriosa escalinata que marca el inicio de la perdida Ciudad de Invierno, nuestra Angkor Wat criolla, el siguiente post develará el misterio si balas y yarás no se cruzan en el camino.

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