sábado, 10 de noviembre de 2012

Puente ferroviario-peatonal sobre el Arroyo Las Conchas, Entre Ríos, Argentina

Entre el viejo puente dinamitado por los militares en el 1962 y el nuevo puente carretero se ubica esta joyita de fierro y madera sobre la muerta vía que une Paraná con Federal, un tanto no apto para fóbicos al vértigo, pero más seguro para el desplazamiento de vecinos, y bañistas que bajan a la pequeña playita sobre el Las Conchas que el carretero y su diabólico tráfico de camiones del Mercosur.

El puente de la locura, La Picada, Entre Ríos, Argentina


Indagando sobre lugares poco conocidos, alguien me mencionó al viejo puente La Picada sobre la RN12, y el relato me atrapó de inmediato porque contiene una dosis de esa locura tan propia que nos invade a los Argentos. La historia se remite a la luche entre azules y colorados, dos facciones políticas en que se había dividido el ejército tras los sucesos de 1955, nacionalistas católicos contra liberales se disputaban los espacios de poder. El enfrentamiento mayor se produjo en el año 1962 entre los miembros del Regimiento de Tanques 8 de Magdalena y sus vecinos de la Base Naval de Punta Indio en los alrededores de La Plata. En el caso de nuestro puente, muy lejos del centro de la disputa, su destino lo marcó una columna de blindados que avanzaba desde Corrientes con la anuencia del Regimiento de Tanques de Villaguay, ese hecho llevó a que militares de la II Brigada de Paraná hiciera dinamitar el puente para impedir el arribo de sus adversarios, acontecimiento que igualmente sucedió, otorgándole aún más irracionalidad a la medida dispuesta. Hoy la pequeña localidad está dividida en dos, unida por un nuevo puente carretero pensado para el veloz y peligroso transporte automotor, con estrechísimas vereditas por la que circulan vecinos a 12cm del paso de un gigantesco camión brasilero, peligrosísimo.... El pueblo reclama la reconstrucción de su viejo y hermoso puente de ladrillos sobre el Arroyo Las Conchas, para uso peatonal, reparación histórica que lleva 50 añitos de luchas y esperas.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Cuatro instantes cerca de Paraná, Entre Ríos, Argentina

Un día de paseo por los alrededores de Paraná, sin recorrido previo, librado al destino e intuición.
Las cuatro fotos sirven como puntos de referencia que luego ampliaré en entradas siguientes, la superior corresponde a la vía que accede al pequeñísimo pueblo de Tezanos Pinto, ubicado a tan solo 15km de la ciudad capital de Entre Ríos y sorprendentemente aislado, hecho que ha servido para que cargue con historias muy atractivas y muy poco difundidas, sigue con el túnel bajo el destruído puente La Picada, otra historia increíble, continúa con el cruce ferroviario del Arroyo las Conchas y cierra con un atardecer de esos que nos regala la llanura litoraleña.
Mucho para tan poco tiempo, lo que demuestra la generosidad de lugares que existen por estos caminos, para nada difundidos y demuestra también todo lo que uno desgraciadamente nunca conocerá.

lunes, 29 de octubre de 2012

El Palacio Piria, Punta Lara, Buenos Aires, Argentina


El Palacio Piria es una construcción de principios del siglo XX (1907 y 1910 ), ubicado en Camino Costanero Almirante Brown entre 26 y 40 de la ciudad de Ensenada, provincia de Buenos Aires, propiedad de Luis Castells. A mediados de 1926 fueron adquiridos por Francisco Piria, quién se muda con su familia y modifica elementos de la estructura original.

La habitaciones del primer piso fueron revestidas en maderas talladas por artistas uruguayos, mientras que en el salón de los espejos, sala central adornada con espejos biselados, cambió los herrajes por otros de bronce trabajados a mano. Luego de convertir la mansión en un suntuoso palacio, Piria se aboco a la tarea de convertir la región en lo que denominaría “Dorada costa del Río de la plata", para ello propuso a las autoridades provinciales la construcción de un camino que uniera la ciudad de La Plata con Punta Lara, sin pasar por Ensenada, ofreciendo a cambio la manutención de las playas. La burocracia fue pasando el proyecto de mano en mano y cansado Piria volvió a Uruguay, para esa entonces ya tendría cerca de 80 años. En 1947, el Palacio y las 141 hectáreas que lo rodean pasan a manos del Gobierno Provincial por donación de la familia Piria, para uso residencial de los gobernadores, hecho que no se concretó, siendo usada la construcción como albergue para niños huérfanos. En definitiva fue cedida a la Municipalidad de Ensenada que terminó perdiendo los derechos al no poder hacerse cargo de su restauración y mantenimiento.
Desde el año 2000 se vienen realizando gestiones para su recuperación y a pesar de ser declarado Patrimonio Histórico Provincial, hasta el día de hoy es un dignísimo exponente de nuestra Argenruina.
El Piria se hunde cuán Titanic en las turbulentas aguas de la burocracia, el desinterés y la mezquindad, espero que el inevitable derrumbe no llegue antes que alguna gestión salvadora para este pedazo de historia que pareciera estar cerca de su definitivo destino de escombro.

lunes, 22 de octubre de 2012

El río de todos los ríos, Punta Lara, Buenos Aires, Argentina

Confieso que nunca había fotografiado al Río de la Plata del lado argentino, por eso cuando mi anfitriona platense me propuso la vista del mismo aprovechando el clima adverso, enseguida entendí que podríamos estar ante algo muy bueno, y sí, desafiamos una llovizna que se transformó en lluvia, una lluvia que amenazaba crecer hasta alcanzar el tamaño de tempestad, pero que al final se engalanó de arco iris para agigantar aún más la infinita estampa del río de los ríos. El sitio corresponde a un muelle abandonado de un sindicato, que ayudó a incrementar el tono dramático que ameritaba esa tormenta y frente a él, las infaltables cañas de unos infaltables pescadores que no saben de malos tiempos, ya  que nada se interpone entre ellos y su pasión. La vuelta me deparará la sorpresa de un palacete derruído frente al río, motivo de una próxima entrada.

domingo, 21 de octubre de 2012

Cielos pintados para un final de viaje, Goya, Corrientes, Argentina

No me canso de repetir la emoción que me produce contemplar una puesta de sol, motivada seguramente por la ausencia de la misma durante la vida urbana, bueno aquí en la costanera de Goya me volvió a suceder, jejenes mediante, y cuando esas imágenes se convierten en las últimas que voy a obtener después de tres días muy intensos y vívidos aún se magnifican un poco más.
Se encendieron las luces, las familias con chicos ensayan la partida, los grupos de jóvenes se animan aún más y yo parto hacia la Iglesia La Rotonda con la idea de admirarla iluminada y abierta, son apenas unas 12 cuadras, cuadras de barrio con gente sentada en la vereda tomando mate, con chicos en las esquinas tomando mate, con vecinos conversando de pié en la vereda tomando mate, me acerco y comienzo a entender que en lunes el templo no va estar ni abierto ni iluminado, llego y sí ni abierto ni iluminado, tan sólo unas cuantas luces sobre la escalera de ingreso, tomo unas fotos que a posteriori no me complacieron así que aquí se cierra una nueva aventura que con creces superó la expectativa inicial. Vuelvo al Taragüí, paso por la plaza, desandando pasos que construí en más de una ocasión y como siempre digo hasta una nuevo viaje, en esta oportunidad ya concretado, 1100km al sur de este lugar.

sábado, 20 de octubre de 2012

La Rotonda, Goya, Corrientes, Argentina

Primera hora de la tarde de un caluroso lunes, parrilla al final del casco urbano, cantidad de cubiertos disponibles, digamos unos sesenta, cantidad de comensales, uno.
-Por favor prepáreme una parrilladita para uno
-Déjelo en mis manos.
Mientras tanto frente al televisor un niño pequeño se entusiasmaba con las aventuras de el Zorro, cada tanto se volvía hacia mi buscando que compartiéramos el desarrollo de alguna escena, venía hasta la mesa con una improvisada espada e intentaba atravesarme de lado a lado, que gurisito tan simpático mascullaba el viejito vinagre.
Viene el asado, en realidad supongo que era todo el asado que habrían preparado para la ocasión, intuyendo vendría para el almuerzo la barra brava de Boca, un contingente de 250 italianos hambrientos o quizás los seguidores de los redondos, tres chorizos, tres morcillas, asado para doce, pollo, vacío, chinchulín para la tripulación de la Fragata Libertad, nada marcado, todito recién asado, bueno le entraremos hasta donde pueda pensé y sobre todo si Don Diego no me mata antes. De repente, la oscuridad, un corto afuera dejó el salón a oscuras, el aprendíz de espadachín azorado, el futuro participante de cuestión de peso agradecido.
-che cortó la lú
-sí, afuera
-nooo, afuera le hay, ta el sol.
La luz no volvió, la carne estaba exquisita, Dieguito se fue a espadachear los autos que pasaban, pagué, acepté disculpas, agradecí la generosodad y salí para intentar llegar a la Rotonda, la enigmática iglesia ubicada a unas quince cuadras de Texas o Baja California.
Erigida gracias a una decisión testamentaria de la dama goyana Sinforosa Rolón y Rubio, la obra podría haber sido inspirada en el arquitecto italiano Francisco Pinaroli por su emblemática “Villa Capra” de Vicenza (Italia 1566) de planta circular y de cruz griega, denominada La Rotonda en la bibliografía universal del arte,.
Otras teorías del origen de la Iglesia  van, “desde planos entregados por el Papa Pío IX a Sinforosa en oportunidad de la visita que le concedió en el Vaticano presuntamente del Panteón de Roma como algunos afirman. En esa ocasión ella efectuó un valioso aporte en monedas de oro al mismo, hasta su inspiración en la Catedral de Superga y en la Iglesia del Domo en Los Inválidos de París”.
El ingeniero Pedro José Coni fue el profesional contratado por los albaceas para la construcción del sueño dictado en febrero de 1886 por la ilustre dama
El profesional recreó el diseño inspirador acordando al mismo tiempo las nuevas concepciones arquitectónicas que se produjeron entre los siglos XVI y XX, y la familiaridad entre ambas es evidente aunque su finalidad fuera diferente, Villa Capra fue una morada familiar y La Rotonda una iglesia. La construcción se inició en el 1900 y concluyó en 1904.
La noche anterior viniendo de el puerto la había visto iluminada, y el espectáculo visual era imponente, por ese motivo me propuse verla de día y volver por la noche, de día, por la hora estaba cerrada, de noche, lunes feriado, seguía cerrada y a oscuras.
Vuelta al Taragüí, son las 15.30, hace calor, tengo calor, saldré tipo 17.30 hacia la costanera para disfrutar de la última puesta de sol correntina y luego no me quedará otra mas que volverme a la reclusión casi perpetua que significa la cotidiana vida en la ciudad.