A la vera de la RP11, pasando el aeroclub se ubica este misterioso bosque de árboles desnudos, y como de un espíritu curioso estamos hablando, a recorrerlo se ha dicho. Primera sensación, todo el piso está cubierto de una crujiente capa de duras hojas secas, o sea que caminar por ahí arriba da la mejor de las impresiones auditivas, luego los juegos de luces y sombras, el aroma de la madera y una geometría de líneas verticales y curvas que conforman un entramado apasionante, confieso haber permanecido largo rato caminando y haciendo crepitar un suelo tapizado por varias capas de resecas hojas.
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